¿Qué competencias precisa un maestro excelente?

Numerosos estudios tanto nacionales como internacionales han tratado de averiguar cuales son las características más comunes de los grandes profesores y maestros. La mayoría de estos estudios y algunos artículos acerca del tema destacan que los maestros excelentes se caracterizan, además de por un perfecto conocimiento de su materia, por su cercanía al alumnado, su sensibilidad, exigencia y entusiasmo, con competencias para la comunicación didáctica, la interacción, la planificación y gestión de la enseñanza/aprendizaje y la evaluación. Pero de entre estas características destacan por encima de todas las siguientes:

  • Comunicación: un docente excelente ha de mantener una comunicación sostenida, pertinente y significativa con todos y cada uno de sus estudiantes. Por contraposición, un profesor no es excelente si sus estudiantes tienden a no asistir a clase, si no entregan a tiempo las tareas que han de realizar fuera del aula, o si hay un parte significativa de su clase que se queda rezagada.
  • Interacción y relación bidireccional: una buena interacción contribuye a hacer más responsables a los estudiantes, porque comprenden lo que se les pide, se sienten valorados y seguros. En cuanto a la bidireccionalidad, un maestro excelente no sólo enseña de modo efectivo a sus alumnos, sino que aprende de ellos.
  • Sensibilidad y exigencia: la sensibilidad es percibida por los alumnos como un elemento que facilita el aprendizaje, relacionándola con la atención a las dificultades y el apoyo. Por otro lado y aunque parezca excluyente, la exigencia es un valor tenido en cuenta por el alumnado, quienes consideran que aprenden «más y mejor» y se aprovechan más las clases.

Por último quiero destacar la vocación como elemento diferencial, pues un docente excelente necesariamente ha de manifestar un interés auténtico para trabajar con niños y adolescentes, con una mentalidad abierta y creativa, y una identidad basada en la identidad afirmativa. Si se tiene esta marcada vocación, convertirse en un profesor hábil y competente, pasará inevitablemente por la formación básica y continua.

Israel Escalona Profesor Excelente

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